Rodillo de Martín, podio de Acosta y Bagnaia y Márquez, al suelo
Quitando la excepción del recital que dio Pedro Acosta camino de su primer podio en la clase reina, la carrera de MotoGP en Portimao pareció aburrida por momentos, con un trenecito en cabeza que despertaba menos emoción que otras veces, pero al final ocurrió de todo. Vaya si pasó... Jorge Martín pasó el rodillo de principio a fin y fue ajeno a todo lo que pasó a sus espaldas, que fue mucho a partir de las tres últimas vueltas.
Para empezar, Márquez y Bagnia tuvieron un toque en la curva 5 a tres vueltas del final que estaba bajo investigación en el momento de escribir estas líneas. A juicio de AS, lance de carrera, sin más, pero dará mucho que hablar en las próximas horas. Y Maverick, que tenía el podio en la mano, sin posibilidad de meter rueda a Martinator, pero controlando a Bastianini, sufrió un problema en su Aprilia antes de comenzar la última vuelta. Gracias a ello le superó Enea y él acabó saliéndose en la primera curva y cayéndose cuando intentaba volver a la pista.
Una faena que no se merecía el de Aprilia con todo lo que ha luchado este fin de semana para sobreponerse a la gastroenteritis que sufrió. Eso no le impidió ganar el sábado en el esprint y luchar por el podio el domingo hasta que su caja de cambio, según informa la propia Aprilia, se estropeó.
El primero de Acosta
Como la alegría va por barrios, de la tristeza de Mack se pasó a la felicidad absoluta de un Acosta que heredaba en la última vuelta el tercer peldaño del podio, para convertirse a sus 19 años y 304 días en el tercer piloto más joven de la historia capaz de subir al podio de la clase reina. Más jóvenes que él sólo lo hicieron el estadounidense Mamola con 19 años y 261 días en Finlandia 79 y el argentino Salatino, con 19 años y 274 días en Argentina 62. Una pasada lo del Tiburón de Mazarrón, forjada en una carrera en la que se fajó como un coloso y como si llevara varios años en la categoría.
El bicampeón arrancaba séptimo en la salida y esta vez no le complicó la vida la arrancada, manteniendo esa posición en su primer paso por meta. Primero se deshizo con descaro de los oficiales de KTM, Miller y Binder, y luego le dio un pasadón a Márquez en el final de recta de la vuelta 8. Durante unos giros rodó delante del ocho veces campeón y detrás de Bagnaia. Poco le importó que el italiano fuera el campeón de los dos últimos años, porque también se tiró a por él como si lo hubiera hecho muchas veces. Con Pecco no le salió al primer intento, de nuevo en el final de recta, así que improvisó otro punto de adelantamiento y en la vuelta 21 le hizo un precioso interior de izquierdas en la curva 3, para escaparse de él y tener un fina de carrera más tranquilo.
El que lo tuvo alterado fue Bagnaia, tanto que no acabó la carrera. En la vuelta 23, a tres del final, Márquez adelantó a Pecco en la curva 5, la de su caída del viernes, salió algo abierto y cuando recuperaba la línea se tocaban ambos para acabar juntos en el suelo. Habrá quien diga que fue culpa del italiano, porque iba por detrás, y quien diga que fue del español, pero dicho con el corazón en la mano, un lance, sin más, en el fragor de la batalla.
Le dolió a los dos, aunque Marc pudo reanudar la marcha y acabar 16º, tras un fin de semana en el que fue de más a menos y en el que acumuló cuatro caídas, porque también se cayó en el warm up. Cosas que pasan y más en una categoría donde cada vez hay más competencia, porque Maverick hubiera hecho podio de no ser por la avería de su Aprilia, Acosta ha vuelto a demostrar que no es un novato cualquiera y Martín está para luchar por el título este año de principio a fin. Se ha vuelto a colocar líder, ahora con 18 puntos de ventaja a Binder, y esta vez no será un liderato tan efímero como los dos anteriores. Pedazo de temporada que nos aguarda, como demuestra este inolvidable GP de Portugal con triplete español, gracias a los triunfos de Martín, Canet y Holgado. El número 40 de los nuestros. Gracias pilotazos.