Los ocho favoritos al anillo de la NBA 2022-23

Arranca el curso 2022-23 de la NBA, un nuevo tramo de baloncesto que pone en marcha su maratón con el desenlace habitual: sólo un equipo puede ser campeón cuando terminen las Finales 2023, en algún punto entre el 9 de junio, día del cuarto partido, y el 18, cuando se jugaría el séptimo. Se busca rey, con el inquilino del trono, Golden State Warriors, a la caza del que sería su quinto título en nueve años, otro paso mágico en una dinastía que arrancó definitivamente en 2014, con la llegada de Steve Kerr al banquillo, y que firmó un capítulo legendario el pasado año, cuando borró definitivamente la resaca de la convulsa salida de Kevin Durant y convirtió dos años sin playoffs (2020 y 2021) después de cindo Finales seguidas (2015-19) en el título de 2022, ganado en unas Finales pletóricas contra los Celtics (convirtiendo un 1-2 en un 4-2) que elevaron definitivamente, por si hacía falta, al rango de los mejores de siempre a Stephen Curry, que sumó por fin el premio de MVP de las Finales en su cuarto anillo.

Empieza una carrera que siempre es difícil de descifrar, y más con las franquicias todavía en la parrilla de salida. Pero, de entrada, hay que considerar fundamentalmente a ocho equipos, el campeón y siete enemigos que quieren su lugar. Son los ocho principales candidatos al anillo de la NBA 2022-23:

GOLDEN STATE WARRIORS

Hay que comenzar por el campeón, con la certeza de que si las lesiones no juegan una mala pasada, estará ahí. No se puede pensar otra cosa de la alquimia que surge cuando están juntos Steve Kerr y ese big three de leyenda que forman Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green. Y al que se va a volver a unir, con un rol ya más de vestuario que de pista, Andre Iguodala, otro clásico de la gran dinastía de la Bahía de San Francisco. La química, esencial para entender este proyecto, acaba de pasar un examen gigantesco con la agresión de Draymond Green a Jordan Poole, la suave multa de la franquicia al ala-pívot… y la extensión multimillonaria al escolta, en paralelo al nulo interés, ahora mismo, por alargar el contrato de Green. Poole y Wiggins son ya esenciales, también Kevon Looney. Hay bajas sensibles (Otto Porter, Gary Payton Jr) porque ni en los Warriors hay dinero para todos, pero el margen de crecimiento es importante gracias a un núcleo joven muy prometedor: más allá del citado Poole, Jonathan Kuminga, James Wiseman y Moses Moody. Llegan dos trabajadores más para la rotación: Donte DiVincenzo y JaMychal Green.

BOSTON CELTICS

Los Celtics tuvieron muy cerca el anillo 18, el primero desde 2008, cuando derrotaron en las Finales a los Lakers. Después de un convulso inicio de temporada, se rehicieron en el estreno de Ime Udoka en el banquillo (y Brad Stevens en los despachos) y fueron, seguramente, el mejor equipo de la segunda mitad de la temporada, con una defensa salvaje, de la que gana títulos, y un ataque que se fue encontrando en el engranaje de sus referentes, a la cabeza un Jayson Tatum ya maduro. En playoffs, los verdes superaron a Nets, Bucks y Heat y llegaron a ponerse 1-2 a favor en las Finales, con la ventaja de campo en el bolsillo. En el cuarto partido iban por delante en el último cuarto y avistaban un 1-3… que se esfumó, con el título. Los Warriors ganaron ese partido y los dos siguientes y dejaron sin premio a unos Celtics que, sin melancolía, reforzaron su rotación con un gran fichaje, Malcolm Brogdon, y un veterano como Danilo Gallinari. Todo iba sobre ruedas… pero las cosas han empeorado mucho. Primero, Gallinari sufrió una grave lesión de rodilla a la que siguió otro paso por el quirófano del (fundamental) pívot Robert Williams, que no estará en las pistas, como muy pronto, hasta Navidad. Y, después, claro, llegó el escándalo de Udoka, apartado por romper la disciplina interna de una franquicia de la que todavía no ha sido despedido pero a la que nadie cree que vaya a volver. Sin entrenador, los Celtics decidieron ponerse en manos de Joe Mazzulla, hasta ahora asistente y de solo 34 años. Este tendrá que mantener la unión de un vestuario a veces complicado y en el que Jaylen Brown sabe que se paso el verano metido en posibles paquetes de traspaso por Kevin Durant. Pese a toda esta agitación, los puntos cardinales de los Celtics siguen ahí, y las razones para confiar en que su plantilla puede ser campeona se mantienen. Veremos cómo afecta todo lo demás.

MILWAUKEE BUCKS

Para muchos, el gran favorito al anillo. El campeón de 2021 se preparaba para defender trono en los playoffs cuando sus opciones quedaron totalmente mermadas por una lesión de rodilla de Khris Middleton, el gran escudero (junto a Jrue Holiday) de Giannis Antetokounmpo. Aún así, el empuje del griego llevó a los Celtics a siete partidos agónicos en semifinales del Este, un castigo físico que los del Garden (sumado a otra paliza con Miami Heat) acusaron después en la lucha por el campeonato, contra los Warriors. Los Bucks están listos para volver a ir a por todas con su núcleo duro intacto: Mike Budenholzer en el banquillo, el big three (Giannis, Middleton, Jrue) y un lote de secundarios que encabeza otro clásico, Brook Lopez, y en el que siguen Bobby Portis, Pat Connaughton, George Hill, Wesley Matthews, Serge Ibaka... Se suma Joe Ingles, un veterano que llega tras sufrir una grave lesión de rodilla.

LOS ANGELES CLIPPERS

Difícil saber dónde van a estar realmente estos Clippers que la pasada temporada perdieron en el play in dos veces, contra Timberwolves y (en su pista) Pelicans. Pero, claro, era un año valle, sin un Kawhi Leonard que no jugó en todo el curso por su lesión de rodilla en los playoffs 2021. Es el año 4 del proyecto que Kawhi encabeza con Paul George, un tramo con la primera final de Conferencia (2021) de la historia de la franquicia… pero nada más. Muy poco para lo que se esperaba pero, eso sí, dos años seguidos marcados por las lesiones después del fracaso sin paliativos de la burbuja de Florida, en 2020. Ahora, los Clippers parten con un equipo que a priori lo tiene todo para ser la gran alternativa a los Warriors en el Oeste y un candidato al título tan firme como cualquiera. Una plantilla de profundidad inacabable, con un gran entrenador como Tyronn Lue y dos súper estrellas como Kawhi y George de cuyo físico, en ambos casos delicado, dependen las opciones de un proyecto al que no le falta de nada: Reggie Jackson, Marcus Morris, Ivica Zubac, John Wall, Norman Powell, Robert Covington, Luke Kennard, Terance Mann...

BROOKLYN NETS

Otra wildcard, un equipo a una distancia casi idéntica de ser un claro favorito al título y de convertirse otra vez un desastre, una caricatura. Lo que parecía increíble, ha sucedido: después del descalabro de la temporada pasada, en la que todo fue mal y el desenlace fue un rosco (4-0) contra los Celtics en primera ronda de playoffs, Steve Nash sigue en el banquillo, Kevin Durant continúa después de pedir el traspaso, pasarse el verano esperando y retirar su petición porque nadie se acercaba al precio que costaba hacerse con él, y Kyrie Irving también sigue pese a los rumores que lo vincularon con los Lakers y a no haber alcanzado un acuerdo de extensión de contrato. Como en el caso de los Clippers, un proyecto de dos súper estrellas forjado en 2019 se va quedando sin oportunidades, así que veremos cómo va esta vez el examen de química. Para añadir lío, y morbo, pero también muchas posibilidades deportivas, Ben Simmons vuelven tras un año en blanco y jugará sus primeros minutos NBA con una camiseta distinta a la de los Sixers. Tiradores como Joe Harris, Seth Curry y Patty Mills, trabajadores como Nic Claxton y Royce O’Neale, un anotador como TJ Warren... Los Nets lo tienen todo para aspirar al título. Es cuestión de ver si se dan por aludidos, esta vez.

PHOENIX SUNS

¿Cuánto hay que creer en estos Suns? En teoría, el talento para hacer cosas grandes sigue ahí. Pero, al mismo tiempo, la sensación de que la gran oportunidad ya ha pasado es la clave atmosférica del inicio de curso de los de Arizona, que la temporada pasada ganaron 64 partidos (64-18), la mejor marca de su historia, e iniciaron los playofs como favoritos después de quedarse a las puertas del título un año antes, cuando se pusieron 2-0 en las Finales contra los Bucks pero perdieron los cuatro siguientes partidos (2-4, título para Giannis Antetokounmpo y los suyos). En las eliminatorias, los Suns se hundieron de forma difícilmente explicable. Sufrieron más de la cuenta en primera ronda contra los Pelicans y se dejaron remontar un 2-0 y un 3-2 contra Luka Doncic y los Mavericks, que para colmo los arrasaron de forma escandalosa (27-57 al descanso) en el séptimo partido, en Phoenix. Desde entonces, el propietario Robert Sarver ha puesto, forzado, a la venta la franquicia por el escándalo de la cultura tóxica que imperaba en los despachos, un titular como Jae Crowder está fuera del equipo y a la espera de ser traspasado, y el pívot Deandre Ayton ha vuelto con la cara larga después de que los Suns jugaran al gato y al ratón con su extensión y acabaron igualando la oferta formal de los Pacers. Y Chris Paul cumplirá en mayo (en plenos playoffs, en teoría) 38 años. Con esas coordenadas, pocas mejoras en lo deportivo, una rotación con dudas pero un núcleo duro que sigue intacto (Paul, Devin Booker, Mikal Bridges, Ayton), cada uno puede decidir cuánto cree en estos Suns que tuvieron a tiro a Kevin Durant, al que le gustaba la idea de irse a jugar al desierto, pero no fueron realmente a por él.

PHILADELPHIA 76ERS

Ya les toca a los Sixers, que siguen sin alcanzar una final del Este desde 2001, cuando ganaron la Conferencia y perdieron en la lucha por el anillo contra los Lakers. Su último título se remonta a 1983, demasiado lejos para una franquicia histórica que es más conocida entre los aficionados jóvenes por el Proceso, sus años de tanking industrializado, que por sus tiempos de gloria. En los últimos cursos han pasado por esa final del Este Celtics, Bucks, Heat, Raptors, Cavaliers... y hasta los Hawks, precisamente a costa de los Sixers, en 2021. La clave es ver cómo está físicamente, y en cuanto a voluntad de ganar cuando llegue la hora de la verdad, un James Harden que ha cumplido 33 años este verano. Joel Embiid (cumplirá 29 en marzo) volverá a ir a por el MVP que se le ha escapado las dos últimas temporadas (segundo por detrás de Nikola Jokic) y, ya sin Ben Simmons oficialmente, Daryl Morey ha hecho un equipo más duro, más apto a priori para playoffs (a ver cómo lo majeja Doc Rivers...). Llegan PJ Tucker, Montrezl Harrell, Danuel House y De’Anthony Melton y se espera otro paso adelante de Tyrese Maxey, que dejó la pasada temporada aroma de estrella. Si se suman Tobias Harris, Korkmaz, Niang, Thybulle, Milton... Los Sixers tienen derechos a sentirse tan favoritos al título como cualquiera. O casi, casi...

MIAMI HEAT

Los Heat tuvieron un séptimo partido, en su pista contra los Celtics, para meterse en su segunda Final en tres años después de su derrota de 2020 en la burbuja, contra los Lakers. Pero perdieron tras no culminar una remontada tremenda. El verano ha sido de muchas expectativas... y pocas realidades. Ni Kevin Durant ni Donovan Mitchell: no ha habido caza mayor en Florida y, además, PJ Tucker se ha ido a un rival directo, los Sixers. Con la duda del estado de forma de Kyle Lowry (en marzo, 37 años) y la certeza de que Jimmy Butler irá hasta donde le lleguen las fuerzas, como siempre, los Heat cuentan con el crecimiento interno de dos aspirantes a estrella: Bam Adebayo y un Tyler Herro que ya ha firmado su extensión de jugador esencial. Tiene que serlo. Si ellos dan un paso adelante y Victor Oladipo rinde a buen nivel, los Heat serán duros, difíciles de ganar y capaces de ir pasando rondas en playoffs si los rivales enseñan sus carencias y dejan ver la yugular. Ese suele ser el terreno ideal para Erik Spoelstra, que sigue en un banquillo al que llegó en 2008 y que ya resulta imposible de imaginar con otro ocupante.

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