"Con gran tristeza, tengo que renunciar a Indian Wells"
Uno ya pierde la cuenta de las veces que Rafa Nadal se ha armado de paciencia y con afán de superación y amor por el tenis, ha regresado a las pistas después de superar una de sus numerosas lesiones. Dos meses después de sufrir, mientras jugaba en Brisbane, una microrrotura muscular en la zona de la cadera izquierda, el ganador de 22 Grand Slams esperaba volver a empezar en el Masters 1.000 de Indian Wells, donde fue campeón en tres ocasiones (2007, 2009 y 2013) y en otras dos finalista (2011 y 2022). Iba a jugar este jueves contra Milos Raonic, un jugador lastrado también por su físico en las últimas temporadas, canadiense, de 33 años y 224º del mundo, que estuvo sin competir desde julio de 2021 hasta junio de 2023 por diferentes dolencias en la pierna derecha. Pero sobre las 03:00 de la madrugada española del miércoles al jueves, anunció en redes sociales su baja en el BNP Paribas Open.
“Con gran tristeza, tengo que retirarme de este increíble torneo en Indian Wells. Todo el mundo sabe cuánto amo este lugar y cuánto amo jugar aquí. Esa es también una de las razones por las que vine muy temprano al desierto para practicar y tratar de prepararme”, explicó el balear en la primera parte del comunicado de su renuncia. “He estado trabajando duro y practicando, y todos ustedes saben que hice una prueba este fin de semana (la exhibición de Las Vegas contra Carlos Alcaraz el pasado domingo), pero no me encuentro listo para jugar al más alto nivel en un evento tan importante. No es una decisión fácil, es difícil de hecho, pero no puedo mentirme a mí mismo y mentirles a los miles de fans. Los extrañaré a todos y estoy seguro de que el torneo será un gran éxito”, concluyó.
Día a día
Desde que regresó a la competición, tras estar un año parado, Nadal va día a día y siempre con dudas. “He tenido momentos mejores y peores. Lo más importante, para mí, es que estoy aquí. Esta es la realidad. Ya es una buena noticia. Hace dos semanas, más allá de los resultados, el objetivo era jugar el partido de Las Vegas e Indian Wells. No sé a qué nivel allí”, dijo Nadal antes de disputar aquel encuentro ante Alcaraz. Sin embargo, este miércoles no ofreció la protocolaria rueda de prensa ni se entrenó en las instalaciones del evento californiano.
El domingo ganó el murciano, pero más allá de las limitaciones para sacar (David Ferrer reveló en la retransmisión de Netflix que el manacorí había padecido una contractura a su llegada a Indian Wells que le impedía servir con naturalidad), Rafa lució un golpeo de bola tan bueno como el que exhibió en Brisbane. Su preocupación era “intentar salir ileso. Lo que se tenga que dejar, dejarlo en la temporada de tierra, que puede que sea la última o no”. En el circuito se especulaba con la posibilidad de que se despidiera de la pista dura en la presente edición de Indian Wells, donde habría aparecido, con esta, en 16 ocasiones. Ahora se centrará en llegar lo mejor posible a la tierra batida, su gran objetivo, con Roland Garros, donde ha sido 14 veces campeón, como colofón. Hace unas semanas se comprometió a estar en el Barcelona Open Banc Sabadell (15 al 21 de abril), aunque justo antes se disputa el Masters 1.000 de Montecarlo (7 al 14), un torneo muy grato para el manacorí, que ha triunfado allí en 11 ocasiones.
Si hubiera jugado (lo hará en su lugar el indio repescado de la previa, Sumit Nagal) y superado a Raonic, a Nadal le habría aguardado un rival muy duro el sábado, Holger Rune. El danés de 20 años está exento de la primera ronda, como Alcaraz, vigente campeón, que se enfrentará el viernes al italiano Arnaldi. Carlitos llega cortó de preparación tras el esguince de tobillo que sufrió en su estreno en el ATP 500 de Río. En dos días actuará también el número uno, Novak Djokovic. El serbio, que no compite desde el Open de Australia, se enfrentará (en horario por confirmar) al japonés Mochizuki o el australiano Vukic. Ninguno de los dos podrá cruzarse ya con Nadal. Una pena. Habrá que esperar a la campaña de arcilla.