Es así, a partir de este año, el nombre del jugador nacido en Maracay hace 39 años se verá reflejado en el libro de oro de la MLB con registros únicos e inapelables.

Para hacer corta la espera, Cabrera consiguió los 13 inatrapables que necesitaba para enganchar la importante cifra de indiscutibles, en la misma cantidad de encuentros disputados en la presente zafra. Como si hubiese estado premeditado, lo logró en el mejor escenario posible: Un repleto Comerica Park –casa de los Tigres de Detroit-, ante un lanzador venezolano (Antonio Senzatela) que hacía envíos a un receptor también criollo (Elías Diaz).

Tras convertirse en el grandeliga número 33 en incluirse en la exclusiva lista de peloteros con tres mil hits, Cabrera se distingue como el único pelotero latino en coleccionar más de 500 jonrones, 3.000 incogibles y .300 de average. Además se unió a Hank Aaron, Willie Mays, Eddie Murray, Rafael Palmeiro, Alex Rodríguez y Albert Pujols como los únicos artilleros con más de 500 vuelacercas y 3.000 cohetes.

Después de desplazar a Roberto Clemente y Adrián Beltre en el listado histórico de hits, el aragüeño podría inscribir este año su nombre entre los 20 primeros nombres del mencionado departamento, si en definitiva logra mantenerse sano. Precisamente Dave Winfield es el vigésimo en la lista con 3.110 cohetes. Entre los paleadores latinoamericanos, el cubano Rafael Palmeiro (3.020) y el panameño Rod Carew (3.053) son los más próximos en la mira del maracayero.

Es cierto que el tiempo pasa factura a nivel físico pero el espíritu competitivo del cuatro veces campeón de bateo ha prevalecido por delante de cualquier otro aspecto relacionado a sus casi cuatro décadas de edad. A base de dietas estrictas y rígidos planes de entrenamiento, el inicialista y bateador designado criollo ha podido mantener alejado las lesiones que en años anteriores limitaron su tiempo de juego.

Tomando en cuenta que el beisbol es un negocio, que cada manager obvia las preferencias por algún jugador y que su único enfoque es el bienestar del equipo, Miguel Cabrera inició la campaña con el objetivo de que su presencia en la alineación de A.J. Hinch fuese por buenos resultados y no por lo que representa para la fanaticada de los Tigres de Detroit.

En sus primeros 13 juegos, despachó 14 inatrapables en 46 turnos para establecer un promedio de .304. Además anotó seis carreras, remolcó cinco y negoció cuatro bases por bolas. Siendo el conjunto bengalí un equipo que está finiquitando detalles en lo que a su reconstrucción respecta, el aporte del venezolano debe ir más allá a solo un nombre de peso en el lineup.

Pujols como referencia
No es un secreto que el dominicano Albert Pujols ha sido un ejemplo a seguir para Cabrera desde el inicio de su carrera, y así lo ha manifestado. A propósito, Pujols fue el ingreso más reciente al grupo de los tres mil inatrapables, el hombre número 32 en hacerlo y pudo alcanzar la hazaña en su temporada 18.

Ambas hojas de vida son similares en el trayecto de sus carreras en hits. En 14 ocasiones el dominicano y ahora ficha de los Cardenales de San Luis pudo coleccionar más de 150 incogibles en una temporada, mientras que Cabrera pudo hacerlo en 12.

La campaña más fructífera de Pujols en ese departamento fue en 2003 cuando despachó 212 cohetes, justo cuando el quisqueyano, dos veces MVP de la Liga Nacional, comenzaba a escribir su historia en las Ligas Mayores.

Por su parte, el criollo logró su mayor cifra de indiscutibles en 2012 con 205, temporada en la que también alcanzó la Triple Corona. Nadie habla del eventual retiro de Cabrera, pero luego de militar cinco años con los Marlins de Florida y 15 con la tropa de Detroit, no hay dudas de que el final del venezolano como pelotero activo se acerca. En lo que no hay dudas es que tiene un nicho reservado en Cooperstown, donde se encuentran los inmortales del beisbol.