"Hizo una carrera de crack, de fenómeno, hizo un Joan Mir o un Luis Salom, tiraba como ellos. Fue súper inteligente y tiró justo al final lo suficiente para vencer la carrera. Así ganan los cracks, así lo hacían Valentino Rossi o Marc Márquez". De este modo resumía Jorge Lorenzo la prueba de Izan Guevara en Australia, la victoria que le dio el título de Moto3. De mallorquín a mallorquín. Ya de campeón a campeón.

Y es que al de Palma se valía hasta con ser segundo detrás de Sergio García Dols -"no lo sabía, imagina mi calculadora", confesaba entre risas-, pero se fue a por el triunfo en una pista en la que nunca había rodado. "Lo ha hecho todo perfecto, es merecedor del título", concedió caballeroso el castellonense.

El balear estaba como si nada, en una nube, pero es una constante en él. "Estoy como si fuera una victoria más, no es por ser 'fardón', pero es increíble", decía. "Va a su bola", admite su jefe, Aspar. "Pero, claro, tiene tanto talento...", añadía.

El ascenso al estrellato de Izan

Esa es la clave y eso es lo que veían todos en él desde niño. "Fue una sorpresa por los medios que tenía viniendo de una familia humilde. Ellos no tenían motos, como otros. Ya de pequeño se le veía que las cosas le salían con facilidad. Era un chaval muy cabezota, le costaba escuchar y entender las cosas, pero, al final, cuando uno madura un poco y entiende que todo lo que te dicen es por aportarte algo, ahí Izan dio un buen paso. Ya hizo un gran cambio, ganó la preMoto3 con la Cuna de Campeones y tuvo una progresión brutal. Como piloto tiene un nivelazo, con las cosas claras. Él tenía claro que era dar el cien por cien o irse a casa. Aprovechó sus oportunides. Me alegro por él", exponía a MARCA Dani Vadillo, quien le recibió a los seis años y le formó junto con la Federación Balear. Ahora milita en el Leopard y le ha fastidiado la corona a Dennis Foggia.

Hasta llegar ahí, Izan tuvo que pelearse con sus padres, Marga y Toni. Ambos querían que jugara al fútbol, como su hermano mayor, Aitor. "Me ponía contra la pared a llorar", desvelaba. Pero se salió con la suya y a los tres años ya estaba en la escuela de Chicho Lorenzo. Allí compartió enseñanzas con Augusto Fernández o Joan Mir. El bicampeón se acercó a felicitarle en Phillip Island: "Es bestial, lo ha hecho todo bien".

'Hermano' Terol

Tras pasar por las manos de Vadillo y Poyatos, recaló en la Cuna de Campeones y subió gracias a las becas. Ganó la Hawkers European Talent Cup con 15 años y Nico Terol se empeñó en ficharle. No necesitó mucho para convencer a Gino Borsoi o Aspar. Gracias a demostraciones como ganar tres carreras en Aragón saliendo 22º se hizo con el Mundial Junior de Moto3 a la primera en 2020. Sus duelos con Xavi Artigas y Pedro Acosta son un anticipo de lo que se vivirá en el Mundial.

Con Terol, campeón de 125cc en 2011, se lleva de maravilla -"es como un hermano mayor", ha dicho en alguna ocasión"-. Tanto que a Majo Botella, la coordinadora, se le ocurrió que para celebrar este título, el de Alcoy se convirtiera en su doble. Así lo escenificaron, dándole un casco dorado. "Todavía tengo cuerpo de piloto. Ganó a lo campeón, con la espontaneidad que le caracteriza", dijo el futuro director deportivo de Aspar.

El nuevo Lorenzo

Seguirá a sus órdenes en la categoría intermedia, donde firmó dos años rechazando otros equipos. Las fábricas de MotoGP ya preguntan por él. Algunos le ven hasta como un nuevo Lorenzo. "Más que por su estilo, que redondea mucho las curvas como hacía yo al no ser un gran frenador, es más por cómo encara los entrenamientos, solo. A la larga, eso tiene sus frutos y lo notará cuando suba a Moto2. Irá mejor con motos más grandes", vaticinaba el pentacampeón. El futuro ya está aquí, lo suyo es puro talento. Un grande: Izan Guevara.