Cristiano y De Gea no pueden con los Wolves de Adama
Siguen las dudas en el lado rojo de Manchester. Ralf Rangnick sigue sin dar con la tecla, y por cada paso adelante, su equipo parece dar otro hacia atrás. Y así no hay forma de avanzar. Abandonado el 4-2-2-2, el 4-4-2 sigue sin convencer. Nemanja Matic y Scott McTominay cumplieron en el centro del campo, pero no en faceta ofensiva. Tampoco lo hizo Jadon Sancho, y Mason Greenwood que fue quien más lo intentó, fue sustituido para que entrara Bruno Fernandes en el segundo tiempo. No le iría nada mal al Manchester United contar con futbolistas como Rúben Neves o Joao Moutinho. Los portugueses no solo dirigieron el juego de su equipo, sino que dictaron el destino de los dos. Moutinho marcó en el tramo final del encuentro para situar al Wolverhampton Wanderers justo por debajo de los red devils en la clasificación, y para impedir que estos igualen al West Ham en los puestos europeos.
Phil Jones jugó su primer partido de Premier League en dos años. Una serie de desdichas llevó al inglés al once titular: la lesión de Harry Maguire, Victor Lindelöf sigue recuperándose de la COVID-19, y Eric Bailly tampoco estuvo en condiciones de pisar el césped de Old Trafford. Apenas se llevaban 40 segundos de juego y Jones se ganó el primer aplauso de la noche con un despeje de cabeza. Poco más reseñable. El Manchester United empezó el nuevo año con las mismas dudas con las que cerró el anterior, al igual que el Wolverhampton Wanderers. Los de Bruno Lage controlaron el esférico durante el primer tiempo. Cómodos, generando buenas ocasiones. Y muchas. Se convirtieron en el equipo visitante que más disparos hicieron en un primer tiempo en Old Trafford desde la 2003/04. Aunque sin importunar demasiado a David De Gea. Daniel Podence y Nélson Semedo tuvieron las más claras en sendas incursiones en el área rival en el tramo inicial. El primer tiempo terminó como empezó, con ovación para Phil Jones, que sacó un centro raso de Semedo al área pequeña.
Ganó la posesión el Manchester United en la reanudación. Se había mostrado bien físicamente en el primer tiempo. Bien en la presión y bien en las coberturas. En la segunda tomaron la iniciativa, pero nadie lo hizo a nivel individual. Rúben Neves y Joao Moutinho dirigieron el centro del campo de su equipo, participando en cada jugada ofensiva. Con galones, con liderazgo. A los de Ralf Rangnick les faltaba chispa, creatividad, y alguien que se echase el equipo a la espalda. Esta fue la tarea de Bruno Fernandes cuando ingresó al partido a la hora de juego. El portugués, uno de los nueve que hubo en el partido, vio como el larguero escupió violentamente un disparo suyo tras una fantástica dejada de Nemanja Matic. Corría el minuto 66. Dos más tarde, Cristiano Ronaldo creyó haber puesto a los suyos por delante. Pero arrancó en fuera de juego antes de cabecear a la red una falta lateral y el tanto fue anulado. Segundos más tarde protagonizó una carrera en solitario hasta alcanzar la frontal, desde donde disparó demasiado cruzado. Ambos equipos empezaron entonces un intercambio de golpes que terminaron ganando los visitantes. Joao Moutinho se ganó un puesto en los titulares de las crónicas con una increíble volea desde la frontal del área después de cazar un rechace. Fernandes tuvo la oportunidad de rescatar un punto en la última jugada del partido. Su tiro libre lo sacó José Sa para confirmar la victoria del Wolverhampton Wanderers en Old Trafford. La primera en 42 años. La primera en la Premier League.