Argentina sigue sin convencer pero clasifica a cuartos

Con los tres históricos, Lionel Messi, Ángel Di María y Sergio Agüero, Scaloni proponía un 4-2-3-1 en ataque y un 4-4-2 en defensa, con Di María por derecha y Papu Gómez por izquierda. Los primeros minutos fueron un monólogo argentino, con el equipo tocando y moviendo y buscando el espacio, hasta que en un error de Piris da Motta, Agüero fue el más inteligente, pero definió mal de media vuelta en lo que parecía el primer gol de la albiceleste.

Y el gol no tardó en llegar con la conexión de los dos jugadores mencionados anteriormente mas ayuda de Messi. Di María, con una pelota medida filtrada para el Papu Gómez, que el del Sevilla picó por encima de Silva para hacer el gol que abría el partido. Golazo de los de Scaloni, que festejaba con rabia en el banco de los suplentes. El esquema del técnico funcionaba en este inicio de encuentro.

Argentina seguía robando en campo contrario y eso hacía volar a Molina Lucero por el costado derecho. El ex Boca, con una buena zancada, le daba un pase medido a Agüero para que el jugador del Barcelona sufriera una falta peligrosa en el borde del área que Messi no pudo aprovechar.

Paraguay estaba noqueada, le faltaba una oportunidad clara para meterse en el partido y a base de empuje y tiros de esquina se intentaban meter en el partido. Berizzo se volvía loco en el área técnica y le pedía más y más a sus jugadores, mientras que Messi aprovechaba cualquier pelota suelta para crear peligro cerca del área albirroja.

El peligro del equipo guaraní era Miguel Almirón, que por la izquierda complicaba a la dupla Molina-Romero y con un centro para Ávalos ponía en problemas a Pezzella y Martínez. Paraguay ponía todas las fichas en el ex Lanús.

Tras el ecuador del primer tiempo Argentina perdía el dominio y le daba alas a Paraguay. Papu Gómez desaparecía del partido y la albiceleste lo sufría, porque no tenía la pelota y las transiciones no favorecían al equipo de Scaloni. Argentina se hacía larga y el dúo Messi-Agüero quedaba descolgado.

El primer tiempo se iba terminando con un leve repunte del dominio argentino, que apostaba a las galopadas de su mejor jugado y su asociación con el Kun, pero no esa unión no daba los frutos que quería Scaloni. Mientras, Almirón seguía siendo la máxima preocupación de la defensa argentina. Pero antes del intervalo teníamos una sorpresa, con VAR incluida: gol anulado a la Argentina por fuera de juego de Lionel Messi en la jugada previa y tras un centro del Papu Gómez que pegó en Junior Alonso y se metía en el arco de Silva.

El complemento iniciaba con una Argentina más decidida a juntar sus piezas de ataque. Agüero pivoteaba esperando la llega de Papu, Messi y Di María, pero todo eran jugadas aisladas. Cuando no tenía la pelota, Argentina sufría, con ella, creaba peligro. Berizzo le pedía a sus jugadores un paso más, que ganasen metros.

Paraguay le hacía caso a su entrenador y ganaba a través de la pelota parada. Almirón era un peligro constante y con dos sendos córners cortos creaban mucho peligro, incluso con un posible penal de Emiliano Martínez sobre Arzamendia que el árbitro ni quiso valorar.

Agüero salía de la cancha y entraba nuevamente, como contra Uruguay, Joaquín Correa. El de la Lazio, sin ser ‘9’, entraba en esa posición para estirar un poco al equipo y darle aire. Los de Scaloni por momentos se acercaban y tocaban, haciendo correr a una Paraguay que no sufría tanto porque faltaba el último pase argentino.

Pero Correa no estiraba al equipo y Argentina, volvía, como en los últimos partidos, a dar un paso atrás. Un error que Paredes dijo en la conferencia de prensa previa que tenían que corregir pero que no pudieron. La diferencia de un gol no cerraba el partido y en una jugada aislada todo podía pasar.

Como lo de Correa no funcionó y Argentina perdía la pelota muy fácil, Scaloni daba entrada a De Paul para reforzar el medio del campo y tiraba al de la Lazio a la izquierda, dejando a Messi de punta. El segundo tiempo de Argentina estaba siendo muy malo y el técnico buscaba soluciones que no encontraba.

Como contra Uruguay, Argentina terminaba el partido metido atrás, con Paraguay buscando por abajo con los dos Romero y Almirón y por arriba con Ávalos. Martínez intentaba enfriar el partido para que su equipo tomase aire.

Paraguay no conseguí hilvanar ni una jugada, Almirón se quedaba sin aire y la magia guaraní terminaba. Los de Scaloni dormían el partido y a la gente que lo estaba viendo. Con muy poco, con muy poquito, Argentina se llevaba los tres puntos y la clasificación, pero con muchas dudas en lo respectivo al juego. Si Argentina quiere competir contra Brasil, debe mejorar.

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